Hermann Hesse
martes, 24 de agosto de 2010
miércoles, 11 de agosto de 2010
domingo, 8 de agosto de 2010
Desde Afur a la playa de Tamadiste
Hoy volvimos a nuestros domingos de caminatas. Toca el sendero que va desde el caserío de Afur hasta la playa solitaria de Tamadiste. Se trata de un camino estrecho, que bordea el cauce del barranco y que han rehabilitado en tiempo pasado contruyendo unas barandillas de madera para evitar caídas al vacío. Sin embargo, las últimas lluvias han estropeado el sendero y tiene algunos tramos algo dífíciles al paso. Quitando esto, debemos decir que la vista es espectacular.
El cauce siempre lleva agua y tiene algunos saltos entre diques que lo hacen aún más bonito. En nuestro recorrido hemos visto un conjunto de sabinas así como hemos alzado la vista tratando de localizar a la palmera solitaria que forma parte de la silueta de la cima. También pudimos observar gran cantinad de cardones y, en el fondo del barranco, juncos muy tupidos.
En una hora y poco llegamos a la playa. Este año tiene arena negra y hoy presentaba un tremendo oleaje aunque eso no impidió que nos remojáramos en la orilla.
Aquí las corrientes marinas suelen ser importantes y por ello no se aconseja el baño. La tranquilidad del lugar ayudó a tener un almuerzo relajado disfrutando del ir y venir de las olas.
Pero al cabo de tres horas tocó comenzar nuestro regreso.
La vuelta fué rápida aunque soporífera. Un intenso sol de mediodía nos acompañó en nuestro caminar hasta el caserío. Sólo al llegar a la "ventita" de Afur, el cielo se cubrió y notamos una brisa suave que nos refrescó antes de tomar el rumbo a casa.
domingo, 1 de agosto de 2010
Amsterdam. Paises Bajos.
Amsterdam es una ciudad construída siguiendo el cauce del río Amstel y está cosida por multitud de canales que permiten su navegación, siendo uno de los modos de transporte más importantes de la ciudad y hace que se la conozca como "la Venecia del norte".
Su centro histórico data fundamentalmente del siglo XVII aunque nació como pueblo pesquero en el siglo XII.
Amsterdam es la capital de los Paises Bajos, sin embargo nunca ha tenido las sedes del parlamento, el gobierno y la justicia holandeses. Estos se encuentran, junto con la Casa Real, en la ciudad de La Haya.
Amsterdam es una ciudad grandiosa, multirracial y que presume de gran tolerancia. Son ejemplos de ello el Barrio Rojo y los Coffe Shops donde el consumo de cánnabis está permitido en dosis de uso personal.
Pero si algo destaca, nada más llegar a la ciudad, es su medio de transporte por excelencia: la bicicleta. Más de un millón de estos medios de dos ruedas se cruzan con los peatones, tranvías y coches.
El uso de la bicicleta hace de Amsterdam una ciudad de fácil movimiento circulatorio así como de nula polución.
Su amor a las flores, que adornan todas las fachadas, a la música y al arte en general, hacen que sea una urbe donde autores de todas las disciplinas asientan sus estudios para crear cultura. También se encuentra en ella la conocida casa de Annelies Marie (Ana Frank), la niña judía autora del diario que lleva su nombre.
Para conocer algo más de sus historia les dejo un extracto de Wikipedia:
En los principios de su existencia, Ámsterdam no era nada más que un pueblo de pescadores. Según las leyendas, la ciudad fue fundada por dos pescadores de la provincia norteña de Frisia, que por casualidad acabaron en las orillas del río Amstel en un barquito, junto a su perro.
La fecha tradicional de la fundación de la ciudad es el día 27 de octubre del año 1275, cuando a sus habitantes se les retiró la obligación de pagar peajes, que por entonces estaban asociados con los puentes neerlandeses. En el año 1300 se le concedieron los derechos oficiales de ciudad, y a partir del siglo XIV Ámsterdam empezó a florecer como centro comercial, mayoritariamente a base del comercio con otras ciudades neerlandesas y alemanas, conocidas como la Liga Hanseática.
En el siglo XVI, comenzó el conflicto entre los neerlandeses y Felipe II de España. Esta confrontación causó una guerra que duró 80 años, y que finalmente le dio a los Países Bajos su independencia. Ya por esa época, después de la ruptura con España, la república neerlandesa iba ganando fama por su tolerancia con respecto a las religiones. Entre otros, buscaban refugio en Ámsterdam judíos sefardíes de Portugal y España, comerciantes de Amberes, y hugonotes de Francia, que en sus países eran perseguidos por su religión.
La plaza Dam a finales del siglo XVII, pintada por Gerrit Adriaensz. Berckheyde (Gemäldegalerie, Dresde, Alemania)El siglo XVII se considera el Siglo de Oro de Ámsterdam. A principios de ese siglo, Ámsterdam se convirtió en una de las ciudades más ricas del mundo. Desde su puerto, salían embarcaciones hacia el mar Báltico, Norteamérica, África y las tierras que ahora representan Indonesia y Brasil. De esta forma fue creada la base de una red comercial mundial. Los comerciantes de Ámsterdam poseían la mayor parte de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales o VOC. Esta organización se instaló en los países que luego pasarían a ser colonias de Holanda. En esa época Ámsterdam era el principal puerto comercial de Europa y el centro financiero más grande del mundo. La Bolsa de Ámsterdam fue la primera que funcionó a diario.
La población de la ciudad creció ligeramente de 10.000 en el año 1500, a 30.000 alrededor del año 1570. En el año 1700 este número ya había alcanzado 200.000. Durante los siglos XVIII y XIX y hasta antes de la Primera y Segunda Guerra Mundial, el número de habitantes incrementó a no menos de un 300%, alcanzando los 800.000 habitantes. A partir de entonces, y hasta la actualidad, el número ha sido relativamente constante.
El Keizersgracht de nocheTras las guerras entre la república de Holanda y el Reino Unido y Francia, durante el siglo XVIII y a principios del siglo XIX, la prosperidad de Ámsterdam dejó de florecer. Sobre todo las Guerras Napoleónicas arrebataron las fortunas de Ámsterdam. Pese a ello, cuando se estableció oficialmente el Reino de los Países Bajos en el año 1815, la situación empezó a mejorar. En este período una de las personas clave de las nuevas iniciativas fue Samuel Sarphati, un médico y planificador urbano, que trajo su inspiración desde París.
Las últimas décadas del siglo XIX se suelen denominar como el «segundo Siglo de Oro de Ámsterdam», porque entre otros, se construyeron nuevos museos, una estación de tren y el Concertgebouw, que es el teatro musical de la ciudad. En el mismo período llegó a la ciudad la Revolución industrial. Se construyeron nuevos canales y vías marítimas para así mejorar la conexión entre Ámsterdam y el resto de Europa.
Justo antes de que empezara la Primera Guerra Mundial, la ciudad se comenzó a expandir, construyendo nuevos barrios residenciales y en las afueras. Durante la Primera Guerra Mundial, Holanda tomó una posición neutral, pero aun así la población sufrió mucha hambre y una grave falta de suministro de gas.
Alemania invadió Países Bajos el día 10 de mayo de 1940, tomando el control del país después de cinco días de lucha. Los alemanes instalaron un gobierno civil nazi en Ámsterdam, que se encargaba de la persecución de los judíos. También los neerlandeses que ayudaban y protegían a las víctimas, fueron perseguidos. Más de 100.000 judíos fueron deportados a campos de concentración. Entre ellos se encontraba Anne Frank. Solo 5.000 judíos sobrevivieron la guerra. Durante los últimos meses de la guerra, en 1945, la comunicación con el resto del país se cortó y la población sufrió una grave escasez de comida y energía. Muchos habitantes de Ámsterdam tuvieron que ir al campo en búsqueda de algún tipo de alimentación. Para sobrevivir, se consumieron perros, gatos o los bulbos de las flores. Muchos árboles de Ámsterdam se usaron para obtener energía, igual que la madera de las casas de los que habían desaparecido.
Su centro histórico data fundamentalmente del siglo XVII aunque nació como pueblo pesquero en el siglo XII.
Amsterdam es la capital de los Paises Bajos, sin embargo nunca ha tenido las sedes del parlamento, el gobierno y la justicia holandeses. Estos se encuentran, junto con la Casa Real, en la ciudad de La Haya.
Amsterdam es una ciudad grandiosa, multirracial y que presume de gran tolerancia. Son ejemplos de ello el Barrio Rojo y los Coffe Shops donde el consumo de cánnabis está permitido en dosis de uso personal.
Pero si algo destaca, nada más llegar a la ciudad, es su medio de transporte por excelencia: la bicicleta. Más de un millón de estos medios de dos ruedas se cruzan con los peatones, tranvías y coches.
El uso de la bicicleta hace de Amsterdam una ciudad de fácil movimiento circulatorio así como de nula polución.
Su amor a las flores, que adornan todas las fachadas, a la música y al arte en general, hacen que sea una urbe donde autores de todas las disciplinas asientan sus estudios para crear cultura. También se encuentra en ella la conocida casa de Annelies Marie (Ana Frank), la niña judía autora del diario que lleva su nombre.
En los principios de su existencia, Ámsterdam no era nada más que un pueblo de pescadores. Según las leyendas, la ciudad fue fundada por dos pescadores de la provincia norteña de Frisia, que por casualidad acabaron en las orillas del río Amstel en un barquito, junto a su perro.
La fecha tradicional de la fundación de la ciudad es el día 27 de octubre del año 1275, cuando a sus habitantes se les retiró la obligación de pagar peajes, que por entonces estaban asociados con los puentes neerlandeses. En el año 1300 se le concedieron los derechos oficiales de ciudad, y a partir del siglo XIV Ámsterdam empezó a florecer como centro comercial, mayoritariamente a base del comercio con otras ciudades neerlandesas y alemanas, conocidas como la Liga Hanseática.
En el siglo XVI, comenzó el conflicto entre los neerlandeses y Felipe II de España. Esta confrontación causó una guerra que duró 80 años, y que finalmente le dio a los Países Bajos su independencia. Ya por esa época, después de la ruptura con España, la república neerlandesa iba ganando fama por su tolerancia con respecto a las religiones. Entre otros, buscaban refugio en Ámsterdam judíos sefardíes de Portugal y España, comerciantes de Amberes, y hugonotes de Francia, que en sus países eran perseguidos por su religión.
La plaza Dam a finales del siglo XVII, pintada por Gerrit Adriaensz. Berckheyde (Gemäldegalerie, Dresde, Alemania)El siglo XVII se considera el Siglo de Oro de Ámsterdam. A principios de ese siglo, Ámsterdam se convirtió en una de las ciudades más ricas del mundo. Desde su puerto, salían embarcaciones hacia el mar Báltico, Norteamérica, África y las tierras que ahora representan Indonesia y Brasil. De esta forma fue creada la base de una red comercial mundial. Los comerciantes de Ámsterdam poseían la mayor parte de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales o VOC. Esta organización se instaló en los países que luego pasarían a ser colonias de Holanda. En esa época Ámsterdam era el principal puerto comercial de Europa y el centro financiero más grande del mundo. La Bolsa de Ámsterdam fue la primera que funcionó a diario.
La población de la ciudad creció ligeramente de 10.000 en el año 1500, a 30.000 alrededor del año 1570. En el año 1700 este número ya había alcanzado 200.000. Durante los siglos XVIII y XIX y hasta antes de la Primera y Segunda Guerra Mundial, el número de habitantes incrementó a no menos de un 300%, alcanzando los 800.000 habitantes. A partir de entonces, y hasta la actualidad, el número ha sido relativamente constante.
El Keizersgracht de nocheTras las guerras entre la república de Holanda y el Reino Unido y Francia, durante el siglo XVIII y a principios del siglo XIX, la prosperidad de Ámsterdam dejó de florecer. Sobre todo las Guerras Napoleónicas arrebataron las fortunas de Ámsterdam. Pese a ello, cuando se estableció oficialmente el Reino de los Países Bajos en el año 1815, la situación empezó a mejorar. En este período una de las personas clave de las nuevas iniciativas fue Samuel Sarphati, un médico y planificador urbano, que trajo su inspiración desde París.
Las últimas décadas del siglo XIX se suelen denominar como el «segundo Siglo de Oro de Ámsterdam», porque entre otros, se construyeron nuevos museos, una estación de tren y el Concertgebouw, que es el teatro musical de la ciudad. En el mismo período llegó a la ciudad la Revolución industrial. Se construyeron nuevos canales y vías marítimas para así mejorar la conexión entre Ámsterdam y el resto de Europa.
Justo antes de que empezara la Primera Guerra Mundial, la ciudad se comenzó a expandir, construyendo nuevos barrios residenciales y en las afueras. Durante la Primera Guerra Mundial, Holanda tomó una posición neutral, pero aun así la población sufrió mucha hambre y una grave falta de suministro de gas.
Alemania invadió Países Bajos el día 10 de mayo de 1940, tomando el control del país después de cinco días de lucha. Los alemanes instalaron un gobierno civil nazi en Ámsterdam, que se encargaba de la persecución de los judíos. También los neerlandeses que ayudaban y protegían a las víctimas, fueron perseguidos. Más de 100.000 judíos fueron deportados a campos de concentración. Entre ellos se encontraba Anne Frank. Solo 5.000 judíos sobrevivieron la guerra. Durante los últimos meses de la guerra, en 1945, la comunicación con el resto del país se cortó y la población sufrió una grave escasez de comida y energía. Muchos habitantes de Ámsterdam tuvieron que ir al campo en búsqueda de algún tipo de alimentación. Para sobrevivir, se consumieron perros, gatos o los bulbos de las flores. Muchos árboles de Ámsterdam se usaron para obtener energía, igual que la madera de las casas de los que habían desaparecido.
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