La Orotava duerme bajo la atenta mirada del Teide. Duerme el pueblo que formó parte del Menceyato de Taoro. Duerme el que después sería repartido por Alonso Fernández de Lugo. Duerme la que nació como núcleo urbano el 29 de mayo de 1503.
Duerme, desde entonces, La Orotava bajo un mar de nubes acariciado por alisios. Iluminadas sus calles por las farolas de naranjas y blancas luces. En el silencio nocturno roto por el vuelo de las lechuzas. Duerme, para despertar a la mañana siguiente, fresca por el rocío temprano y abrigada por el pálido sol del amanecer.
Duerme La Orotava entre colinas, verde de vides y plataneras, coloreada por las fachadas de sus casas, gris por sus calles adoquinadas y con el continuo caminar por pendientes de sus moradores y visitantes.
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