¿A quién no le ha apetecido quedarse sólo alguna vez? Lejos de todo aquello y de aquellos que te rodean diariamente. Romper con el pasado y el presente para dedicarte a una nueva aventura de futuro. Todo desde cero... desconocido... nuevo... Un nuevo aprender de todo, desde el principio... ¡Eso sí!... sin perder la experiencia que ya tienes para poder rehacerte y no tropezar de nuevo en las mismas piedras que antaño.
Pasear... como el cisne... mirando de un lado al otro por el paisaje desconocido y volviendo a incrustar las imágenes en esa parte del cerebro donde duermen los recuerdos.
Navegar por el tiempo sin prisas, respirando lenta y profundamente para robarle al aire los perfumes del momento. Disfrutar el instante sabiendo que, cuando te des cuenta, ya es pasado. Pero el pasado ya no te importa...
Estaría bien ese momento de pequeña soledad, de silencio absoluto transitorio, de desconexión neuronal...
Lo único malo del momento de soledad es...la vuelta.
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