Al inicio tenemos la espectacular estampa del Teide con las últimas nieves cubriéndolo.
Al adentrarnos hacia su cauce podemos ir viendo diferentes tipos de plantas endémicas. Llamó nuestra atención el conocido Bicácaro (Canarina canariensis) por ser difícil de encontrar en otros bosques de laurisilva existentes en las islas.
Hacia el interior del barranco tropezamos con diferentes especies de plantas y aves.
El barranco ofrece riachuelos en esta época del año gracias, en parte, al deshielo de las nieves que han caído en las cumbres de Tenerife.
Al final del sendero llegamos al parque recreativo, pero decidimos continuar nuestro camino cruzando la carretera y llegando hasta el barrio de Las Aguas pasando, y descansando un poco, por el caserío del Rosario.
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