Comenzó la fiesta del color y las flores, como ocurre cada año, en Las Cañadas del Teide.
Cuando subes por la carretera que va desde La Esperanza al Portillo, vas encontrando los contrastes que las pequeñas flores de la retama deja en los bordes del camino. Al llegar al circo de Las Cañadas explotan los colores. A los áridos volcánicos se suman los rojizos y azules de los tajinastes.
Un manjar para las abejas que acuden en masa desde que aparece el sol detrás del Teide. El zumbido es continuo y sólo la penunbra del atardecer consigue ahogarlo.
Las flores este año se han retrasado en su aparición. Parecen tímidas tras el escaso hielo que las ha regado en invierno.
El amanecer crea bellos contraluces en sus pétalos, permitiendonos aprovechar el momento para fotografiarlas.
No nos paramos a pensar en lo que tenemos en nuestras islas. No tenemos en cuenta la necesidad de cuidarlo pues es un paisaje único en el mundo. Por eso les animo a subir a Las Cañadas en Primavera. Eso sí, NO DEJEN SUS RECUERDOS...