Paseando por La Laguna me he fijado en la cantidad de edificios históricos que necesitan urgente atención pues su estado es de casi ruina. En la ciudad Patrimonio de la Humanidad existen gran cantidad de casas particulares de importancia arquitectónica y que no pueden ser restauradas pues sus propietarios carecen del poder adquisitivo necesario para realizar las reformas que le den un aspecto "juvenil" a las antiguas fachadas.
Y es que se ha destinado una importante suma de dinero para las estructuras de los grandes palacios, iglesias, conventos y ermitas que abundan en la Ciudad de los Adelantados. Sin embargo, las ayudas económicas a particulares para la restauración y mantenimientos "obligatorios" de las propiedades individuales incluidas en el Patrimonio se atrasan por los múltiples trámites burocráticos que los propietarios deben sufrir. Se dificulta, y mucho, el acceso a las subvenciones del Ayuntamiento y Cabildo para las familias que, por derecho, han heredado una propiedad en forma de edificio protegido para mayor gloria de su ciudad.
Y esto no ocurre únicamente en La Laguna. La Orotava y su nuevo PGO está generando grandes quebraderos de cabeza a los particulares que se encuentran en la situación antes relatada y les aseguro que no estoy muy lejos de uno de ellos.
No acaban aquí los problemas. Una casa protegida no puede modificarse sin los permisos necesarios de "quien corresponda", aunque este Ente carezca de los conocimientos suficientes sobre los problemas que una "casona" puede traer sobre su habitabilidad actualizada a las necesidades de una familia del siglo XXI. Y es que muchas de estas casas se construyeron siguiendo patrones de la época que, hoy por hoy, dificultan el uso de las mismas por su incomodidad.
Es decir, un particular, propietario de una edificación protegida, está obligado a su mantenimiento y restauración; a no modificar su estructura externa ni interna aunque ésta no permita su habitabilidad y, por tanto, para mayor comodidad, resida en un "pisito" de 100 metros cuadrados.
Este sobregasto, en muchos casos es imposible de aguantar sin ayudas económicas de las instituciones.
En años de crisis entendemos las prioridades económicas de los gobiernos, pero creo que los euros deben repartirse para todos, igual que se hace con las obligaciones.
Tienes toda la razón, yo vivo en la Laguna, soy lagunero de adopcion y la verdad es que da pena alguno de los edificios, antiguos cómo están, me imagino que se trata de un proceso lento, pero mucho de ellso se podrían rehabilitar en incluso utilizar para usos culturales, sociales, etc...
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