Recuerdos me trae de cuando era alumno. Pepe, el profesor de gimnasia, nos "obligaba" a elegir entre participar corriendo en el cross del colegio, tener un suspenso en las notas de gimnasia o ayudar en la coordinación. Al final siempre elegía ayudar.
Por aquel entonces este cross, aunque ya era popular, no tenía el nivel deportivo ni las ayudas tecnológicas del que que se celebró este año.
Antes teníamos que apuntar los nombres de los corredores por riguroso orden de llegada a meta en una libreta de cuadros azules. Ahora, un microchip pegado al zapato del participante, envía la señal a un receptor y este al ordenador central que, a su vez, te envía un sms a tu teléfono móvil comentándote el puesto en el que has llegado y el tiempo dedicado a la carrera.
La tecnología se ha vuelto imparable y al servicio del hombre!!!
Sin embargo, no ha perdido la esencia del primer cross que se realizó hace ya treinta y pico años. Nos seguimos encontrando los antiguos alumnos del colegio, pero ahora no tanto para participar, que también los hay, sino para llevar a nuestros hijos.
Me sorprendió la capacidad de los niños, algunos de menos de un año de edad, que se levantaron muy temprano la mañana del domingo para ser los primeros en inaugurar el desfile de carreras del día. También sorprendieron los adultos, muchos de avanzada edad, que recorrieron hasta diez kilómetros, no con ánimos de ganar, sino de participar.
Entrañable es esta fiesta anual que nos reune y que cada vez acerca a más competidores.
¡Felicidades por ello al Colegio Salesiano y a La Orotava!
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