sábado, 25 de abril de 2009

Columna




En el recorrido de la vida te vas convirtiendo en la columna que sostiene el crecer de los tuyos. Eres capaz de soportar la carga, cada vez mayor, que el paso de los años ha depositado sobre tu estructura. Desde abajo todos pueden verte: elegante, fuerte, erguida... pero desde arriba nadie mira hacia abajo para preguntarte si el peso que sostienes es excesivo. Estás ahí aguantando, sin decir nada ni dar explicaciones, pero las inclemencias del "tiempo", y no precisamente el meteorológico, van degradando tu figura. Pronto comienzan a aparecer las primeras grietas en tus bordes. Las filtraciones continuas las abren aún más y vas perdiendo algunos fragmentos de tus relieves. Nadie te pregunta, a pesar de tu deterioro, si puedes con la carga. Pero tu sigues aguantandola... mientras puedas...

Pequeña gota



"A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota"

Madre Teresa de Calcuta




Sin comentarios...


domingo, 12 de abril de 2009

El bien llamado "DIAMANTE"





Quien no lo ha visto debería viajar a La Orotava en Semana Santa, concretamente el Jueves Santo a partir de las 10 de la noche. Allí podrá conocer una de las imágenes religiosas que más me han impresionado. Se trata del Señor atado a la columna y bien nombrado como "el Diamante" . Es una obra encargada a Pedro Roldán y regalada a la Parroquia de San Juan del Farrobo por D. Francisco Leonardo Guerra, canónigo de la catedral de Las Palmas, el 22 de enero de 1639. Sin embargo, durante mucho tiempo se planteó la posibilidad de que el autor no terminara la imagen y fuera su hija Luisa (La Roldana) o uno de sus colaboradores del taller quien la acabara. Según el resultado de la investigación realizada por algunos historiadores de arte nombrados en el libro "El Señor de la Columna y su Esclavitud", coordinados por A. Sebastián Hernández Gutiérrez, el "Diamante" pertenece a la gubia de Pedro Roldán. En la opinión de Esteban Mira Caballos... en la cabeza se perciben prácticamente todas las características del estilo de Roldán, a saber: barba partida, cabellera muy oscura, abundante y de mechones lisos, nariz recta, pómulos salientes, fosas orbitales muy marcadas por unas cejas bien dibujadas y corona de espinas sin tallar en la cabeza...
Me impresiona de la escultura religiosa su elegancia, su quieto movimiento y su rostro sereno. La leve inclinación del cuerpo a la derecha queda compensada con el movimiento cervical hacia la izquierda y la mirada al suelo. También mantiene la estabilidad la pierna derecha antepuesta, que permite ejercer un punto de apoyo suficiente como para contrarrestar el efecto de la fuerza de la gravedad. No podemos dejar de dirigir nuestra vista hacia las manos. Abiertas por completo y cruzándose a la altura de las muñecas, con las palmas hacia abajo como símbolo de sumisión.
Cuenta la leyenda que su autor, en sueños, vió a Jesús, quién le preguntaba "dónde le había conocido que tan bien le había retratado".
Es una talla, en definitiva, perfecta, estable y móvil a la vez. Elegante y serenamente mira en su paso por las calles de La Orotava a todos los que deseen acercarse y acompañarle.
No deja indiferente a nadie, creyente o no. Es un verdadero DIAMANTE tallado...

miércoles, 8 de abril de 2009

Reflejos



Camino por un sendero de tierra y piedras. Intento esquivar los pequeños charcos creados desde la última lluvia matutina. Algunas veces no lo consigo y empapo mis botas de barro. Trato de llegar a algún lugar donde poder encontrarme, con el deseo de conseguirlo.
En mi sendero tropiezo con un pequeño lago. El ruido de las ranas en celo es ensordecedor. Parece que se preguntan y responden constantemente. Me acerco a la orilla. Unos cañizos me impiden llegar a ella. Los aparto con las manos, lo que produce múltiples cortes limpios y sangrantes en mis dedos. Lavo las manos en el agua y pronto veo cómo se acercan pequeños peces de colores en busca de alimento. Mi presencia ha callado a las ranas. Cuando me acerco al agua veo mi reflejo. Al principio no le pongo importancia, pero me quedo mirándolo durante un rato. Un flash me obliga a retirar la mirada. Prudente y lentamente vuelvo a observar la silueta de mi rostro en el agua. Ahí estoy, he encontrado lo que buscaba... Un rostro adulterado por el paso de los años, una mirada cansada, la barba de una semana... Cuántos años han quedado atrás, cuántas imágenes grabadas en tu retina, cuántos sentimientos y deseos rotos o no con el paso del tiempo...
Al fín me he dado cuenta. Sólo tenía que ver mi reflejo en la superficie del agua para ello. Ya estoy seguro: no te busques fuera de tí, mírate en tu reflejo...

Acaso iconoclasta?









Para nada pretendo perseguir a nadie... ¡Dios me libre de criticar a la Santa Madre Iglesia!...
Pero sí he tenido tiempo para la reflexión. Me pregunto: ¿borraríamos muchos nombres de las "listas de cristianos" si no existieran las imágenes que se exponen en todas y cada una de las iglesias de nuestra geografía? Mi respuesta es clara: ¡por supuesto!
En el Antiguo Testamento leemos la partida del pueblo de Moisés huyendo de los egipcios. En su camino hacia la Tierra Prometida y mientras Moisés subía en busca de la Tabla con los Diez Mandamientos, el pueblo comenzó a adorar a un becerro de oro.
Mi pensamiento es el siguiente: ¿acaso no creemos más en la imagen de madera policromada, bien adornada con mantos y bordados en hilos de oro que en lo que realmente representa?
Acaso no estamos convirtiéndonos en adoradores del "becerro de oro".
En muchas ocasiones acudimos a venerar un fragmento de madera a la espera del cumplimiento de un milagro. No pensamos que en lo que realmente hay que creer es en lo que esa simbología representa. Se generan discusiones sobre cuál debe ser la patrona de un pueblo, sobre cuál imagen viste sus mejores galas y joyas sobre otra... incluso se generan "guerrillas" entre monaguillos de una u otra parroquia para conseguir destacar en alguna procesión.
No es hora de iconos, es hora de demostrar nuestra fe con hechos. No considero mejor cristiano al que más va a los actos religiosos y cumple con las misas de domingo y fiestas de guardar. Creo más en el cristiano que se agacha para ayudar al caído, que da de comer al pobre, que ayuda al parado en estos tiempos de crisis, que no se convierte en un xenófobo empedernido, que cumple con las leyes de la convivencia...
Es tiempo de reflexionar sobre lo que estamos viviendo y cómo lo estamos viviendo. Es tiempo de corregir actitudes y mejorar otras. Es la mejor época para ser solidarios. Es sólo una reflexión...


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